Por: Rolando Zelaya y Ferrera / La Tribuna.
Taulabé, Siguatepeque. Más que míticas, son impresionantes. Las cuevas de Taulabé guardan los misterios de una exquisita belleza natural formada hace millones de años. Este monumento nacional se encuentra a unos 20 Kilómetros al sur del Lago de Yojoa, justo en el kilómetro 140 de la carretera se observa el letrero que indica la entrada a las cavernas, que son la principal atracción del Municipio de Taulabé.
El nombre de las cuevas se deriva de la degeneración de la voz indígena “taulepa”, que significa “el lugar de los dioses jaguares”, en alusión a la importancia mítico-religiosa que los pueblos prehispánicos de Meso América le otorgaban a las cuevas, como la entrada al inframundo. La gruta principal fue descubierta en 1969, cuando comenzaron a construir la carretera entre San Pedro Sula y Tegucigalpa. Tres científicos norteamericanos exploraron la caverna encontrando dentro de ella 16 accesos más. Años después quedaron abandonadas. La Secretaría de Recursos Naturales comenzó a administrarlas a inicios de 1980 ante la falta de fondos de la alcaldía de Taulabé. El gobierno estuvo a cargo pocos años y ahora de nuevo la municipalidad, junto a la Cruz Roja, ha tomado el control.
Taulabé, Siguatepeque. Más que míticas, son impresionantes. Las cuevas de Taulabé guardan los misterios de una exquisita belleza natural formada hace millones de años. Este monumento nacional se encuentra a unos 20 Kilómetros al sur del Lago de Yojoa, justo en el kilómetro 140 de la carretera se observa el letrero que indica la entrada a las cavernas, que son la principal atracción del Municipio de Taulabé.
El nombre de las cuevas se deriva de la degeneración de la voz indígena “taulepa”, que significa “el lugar de los dioses jaguares”, en alusión a la importancia mítico-religiosa que los pueblos prehispánicos de Meso América le otorgaban a las cuevas, como la entrada al inframundo. La gruta principal fue descubierta en 1969, cuando comenzaron a construir la carretera entre San Pedro Sula y Tegucigalpa. Tres científicos norteamericanos exploraron la caverna encontrando dentro de ella 16 accesos más. Años después quedaron abandonadas. La Secretaría de Recursos Naturales comenzó a administrarlas a inicios de 1980 ante la falta de fondos de la alcaldía de Taulabé. El gobierno estuvo a cargo pocos años y ahora de nuevo la municipalidad, junto a la Cruz Roja, ha tomado el control.
La alcaldía intentó muchas veces conseguir fondos y convertir a las cavernas en un centro turístico. La Agencia Española de Cooperación Internacional, a través de la Secretaría Técnica de Cooperación, aportó este año unos 315 mil lempiras para la primera etapa de remodelaciones y 85 mil euros –unos 83 mil dólares- para la segunda parte. En enero se inició la construcción de un centro de información turística, servicios sanitarios y áreas verdes en el exterior de la cueva. En la parte interna se erigieron, a lo largo de 700 metros, pasillos con pasamanos y se instalaron focos más potentes lo que hace más fácil el acceso.
El municipio cuenta con 24 cuevas de origen natural y muchas de ellas con vestigios arqueológicos. La principal está localizada a la orilla de la carretera, un kilómetro al sur de la entrada al municipio. El acceso al interior es fácil con las nuevas obras. Adentro se pueden apreciar las formas que han tomado las rocas con el paso de los años.
Muchas imágenes formadas por las piedras arrancan la admiración de los visitantes, el ala de ángel, el buda y la torre salomónica son las más famosas por el tipo de estructura. La iluminación fue instalada de forma estratégica. Las luces amarillas, blancas, verdes, rojas y azules dan un toque más misterioso dentro de la cueva. Los murciélagos se agitan al paso del visitante, quien debe de cuidarse del guano, excremento del herbívoro, que está en el suelo porque es resbaladizo.
El camino se vuelve inaccesible después de los 700 metros, es allí donde el turista debe colocarse equipo adecuado: rodilleras, protector en los codos, luces de mano y lazos. Los turistas que llegan a diario a Las Cuevas de Taulabé son acompañados por un guía. Las cavernas forman un laberinto producto de la disolución del manto rocoso calizo (propio de la zona), labrado por la acción del agua, se estima que la extensión real de este sistema es de 11 kilómetros de largo, de los cuales, sólo 400 metros están habilitados con luz eléctrica y barandas. Visitar estas cuevas es una buena oportunidad para observar de cerca este sorprendente ecosistema falto de luz, donde destacan colonias de murciélagos e insectos con adaptaciones al mundo de las tinieblas. Entre las atracciones del lugar se mencionan diversas formaciones de hasta 4 metros, como la famosa “ala del ángel”, figura que pesa alrededor de cuatro toneladas y está colocada cerca del techo de la cueva.
Los visitantes pueden observar la forma de una sotana de un sacerdote, representada en piedra. Entre las atracciones del lugar se mencionan diversas formaciones de hasta 4 metros, como la famosa “ala del ángel”, figura que pesa alrededor de cuatro toneladas y está colocada cerca del techo de la cueva. Entre otras formaciones ya famosas están la imagen de su santidad Juan Pablo Segundo, la cabeza de un tigre, un buda y prácticamente lo que su imaginación encuentre. El santo patrón de Taulabe es San Gaspar y su celebración es el 25 de abril., los pobladores de esta comunidad celebran el 25 de abril el día de su santo.
Las formaciones de piedra nacen a través del lavado de la piedra caliza, cuando las piedras son mineralizadas por la lluvia que se lava hacia la superficie, o sea que el líquido se filtra gota a gota. Durante la expedición el guía explica al turista que no debe tocar ninguna formación de piedra, porque el contacto humano puede detener su crecimiento natural.
Muchas imágenes formadas por las piedras arrancan la admiración de los visitantes, el ala de ángel, el buda y la torre salomónica son las más famosas por el tipo de estructura. La iluminación fue instalada de forma estratégica. Las luces amarillas, blancas, verdes, rojas y azules dan un toque más misterioso dentro de la cueva. Los murciélagos se agitan al paso del visitante, quien debe de cuidarse del guano, excremento del herbívoro, que está en el suelo porque es resbaladizo.
El camino se vuelve inaccesible después de los 700 metros, es allí donde el turista debe colocarse equipo adecuado: rodilleras, protector en los codos, luces de mano y lazos. Los turistas que llegan a diario a Las Cuevas de Taulabé son acompañados por un guía. Las cavernas forman un laberinto producto de la disolución del manto rocoso calizo (propio de la zona), labrado por la acción del agua, se estima que la extensión real de este sistema es de 11 kilómetros de largo, de los cuales, sólo 400 metros están habilitados con luz eléctrica y barandas. Visitar estas cuevas es una buena oportunidad para observar de cerca este sorprendente ecosistema falto de luz, donde destacan colonias de murciélagos e insectos con adaptaciones al mundo de las tinieblas. Entre las atracciones del lugar se mencionan diversas formaciones de hasta 4 metros, como la famosa “ala del ángel”, figura que pesa alrededor de cuatro toneladas y está colocada cerca del techo de la cueva.
Los visitantes pueden observar la forma de una sotana de un sacerdote, representada en piedra. Entre las atracciones del lugar se mencionan diversas formaciones de hasta 4 metros, como la famosa “ala del ángel”, figura que pesa alrededor de cuatro toneladas y está colocada cerca del techo de la cueva. Entre otras formaciones ya famosas están la imagen de su santidad Juan Pablo Segundo, la cabeza de un tigre, un buda y prácticamente lo que su imaginación encuentre. El santo patrón de Taulabe es San Gaspar y su celebración es el 25 de abril., los pobladores de esta comunidad celebran el 25 de abril el día de su santo.
Las formaciones de piedra nacen a través del lavado de la piedra caliza, cuando las piedras son mineralizadas por la lluvia que se lava hacia la superficie, o sea que el líquido se filtra gota a gota. Durante la expedición el guía explica al turista que no debe tocar ninguna formación de piedra, porque el contacto humano puede detener su crecimiento natural.
Cueva La Misión y Los Olivos La Misión está ubicada en la aldea del mismo nombre en el cerro El Portillo, es pequeña pero difícil de recorrer. Una caminata de 350 metros lleva al visitante a la base del cerro, donde comienza el ascenso hasta llegar a la entrada de la cueva. Lo más interesante de la gruta es el pozo del padre Manuel de Jesús Subirana, el que tiene un significado religioso para los habitantes de la aldea. El espeleólogo Rafael Sabillón relató que según la leyenda, el padre Subirana tocó una de las rocas y de repente salió agua durante una de las sequías en el país. La cueva de Los Olivos está ubicada a 600 metros del campo de fútbol de Taulabé. La entrada es de forma triangular, aproximadamente mide 15 pies en su punto más alto y lo mismo de su lugar más ancho. El regidor explicó que durante las exploraciones se encontraron restos de ollas, de collares de jade y de caracoles. “Civilizaciones antiguas habitaron las cavernas, no podemos especificar aún en qué años y qué tribus pero trabajamos en ello. Además, estamos dibujando mapas de todas las cuevas y así tener un detalle de los kilómetros explorados”, explicó Sabillón.
Cueva Otto y Villa de Nápoles La cueva de Otto se nombró así por un señor solitario que vivió por años en la cueva, donde murió. La caverna está ubicada en lo alto de un cerro. Para llegar, hay que recorrer desde la municipalidad de Taulabé unos 500 metros en vehículo y una caminata de 20 minutos a la orilla de una quebrada. La subida del río a la entrada es muy vertical, resbalosa y el único apoyo para el turista son arbustos espinosos y rocas. “Hemos explorado unos 1,500 metros de la cueva porque no tenemos aún el equipo necesario”, dijo Sabillón.
Cueva Otto y Villa de Nápoles La cueva de Otto se nombró así por un señor solitario que vivió por años en la cueva, donde murió. La caverna está ubicada en lo alto de un cerro. Para llegar, hay que recorrer desde la municipalidad de Taulabé unos 500 metros en vehículo y una caminata de 20 minutos a la orilla de una quebrada. La subida del río a la entrada es muy vertical, resbalosa y el único apoyo para el turista son arbustos espinosos y rocas. “Hemos explorado unos 1,500 metros de la cueva porque no tenemos aún el equipo necesario”, dijo Sabillón.
Unas 200 personas llegan a la semana a visitar las cuevas. La mayor parte de los turistas son estudiantes de institutos y también llegan extranjeros. Los ingresos ascienden, algunas veces, a siete mil lempiras. La alcaldía continúa gestionando con la Secretaría de Turismo para conseguir la donación de un equipo de video caseteras, además necesitan una planta eléctrica de emergencia en el caso que fallara la energía. “Queremos mostrarle al público la belleza de las otras cuevas a través de videos y así promover nuestro patrimonio”, dijo el alcalde Cortés.
El municipio de Taulabé tiene una extensión de 200 kilómetros cuadrados. En la actualidad se destaca como el mayor productor de cal y dulce de panela en la región hondureña y como productor de café y miel de abeja. El origen de su nombre significa lugar de encuentros o camino del jaguar. Además de las cuevas, cuenta con riquezas arqueológicas, cascadas, ríos, bosque nublado, lagunas naturales, con una reserva impresionante de paisajes como el parque nacional Cerro Azul Meambar. La cascada de El Salto del Ángel está ubicada en la aldea del mismo nombre, la parte alta se puede visualizar sólo a 20 metros de alto, la cascada termina en una pequeña poza. Taulabé tiene un jardín botánico localizado en la aldea Buenos Aires, a cinco kilómetros de la cabecera municipal.
Cueva Otto y Villa de Nápoles La cueva de Otto se nombró así por un señor solitario que vivió por años en la cueva, donde murió. La caverna está ubicada en lo alto de un cerro. Para llegar, hay que recorrer desde la municipalidad de Taulabé unos 500 metros en vehículo y una caminata de 20 minutos a la orilla de una quebrada. La subida del río a la entrada es muy vertical, resbalosa y el único apoyo para el turista son arbustos espinosos y rocas. “Hemos explorado unos 1,500 metros de la cueva porque no tenemos aún el equipo necesario”, dijo Sabillón.
Cueva Otto y Villa de Nápoles La cueva de Otto se nombró así por un señor solitario que vivió por años en la cueva, donde murió. La caverna está ubicada en lo alto de un cerro. Para llegar, hay que recorrer desde la municipalidad de Taulabé unos 500 metros en vehículo y una caminata de 20 minutos a la orilla de una quebrada. La subida del río a la entrada es muy vertical, resbalosa y el único apoyo para el turista son arbustos espinosos y rocas. “Hemos explorado unos 1,500 metros de la cueva porque no tenemos aún el equipo necesario”, dijo Sabillón.
Unas 200 personas llegan a la semana a visitar las cuevas. La mayor parte de los turistas son estudiantes de institutos y también llegan extranjeros. Los ingresos ascienden, algunas veces, a siete mil lempiras. La alcaldía continúa gestionando con la Secretaría de Turismo para conseguir la donación de un equipo de video caseteras, además necesitan una planta eléctrica de emergencia en el caso que fallara la energía. “Queremos mostrarle al público la belleza de las otras cuevas a través de videos y así promover nuestro patrimonio”, dijo el alcalde Cortés.
El municipio de Taulabé tiene una extensión de 200 kilómetros cuadrados. En la actualidad se destaca como el mayor productor de cal y dulce de panela en la región hondureña y como productor de café y miel de abeja. El origen de su nombre significa lugar de encuentros o camino del jaguar. Además de las cuevas, cuenta con riquezas arqueológicas, cascadas, ríos, bosque nublado, lagunas naturales, con una reserva impresionante de paisajes como el parque nacional Cerro Azul Meambar. La cascada de El Salto del Ángel está ubicada en la aldea del mismo nombre, la parte alta se puede visualizar sólo a 20 metros de alto, la cascada termina en una pequeña poza. Taulabé tiene un jardín botánico localizado en la aldea Buenos Aires, a cinco kilómetros de la cabecera municipal.
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